miércoles, 24 de octubre de 2007

Ante la represión policiaca en Zona Rosa: la indignación y la denuncia

En contraparte, les presentamos un texto elaborado por nuestro compañero Manuel Amador, quien se encontraba en Cabaretito VIP la madrugada del sábado 20 de octubre (durante las horas en que se realizó el “operativo” de la SSP-DF).

No haremos más comentarios, lo escrito por Manuel da cuenta puntual de lo ocurrido:


Ante la represión policiaca en Zona Rosa: la indignación y la denuncia

Ciudad de México, 21 de octubre: Este escrito es para socializar la indignación y la denuncia de muchas personas que no lo pueden hacer. La indignación en contra de la Secretaria de Seguridad Publica del Distrito Federal (SSPDF), quien desde hace ya cinco meses está presente en la Zona Rosa. Hoy es, sin duda, el lugar público más vigilado de la Ciudad de México. En mi calidad de ciudadano, hago una denuncia pública en contra del Dr. Francisco José Díaz Casillas, Subsecretario de Participación Ciudadana y Prevención del Delito de la citada Secretaría, quien la noche de este viernes 19 de octubre, alrededor de la media noche comandaba a más de 30 policías quienes, armados, intervinieron la disco-bar “Cabaretito VIP” y durante una hora permanecieron dentro. Luego, hasta las cuatro de la madrugada, continuaba aún a la salida de este lugar, donde llevaban a cabo revisiones a las personas que salían del lugar.

Indignación

La noche de este viernes, como desde hace meses, la Zona Rosa estuvo invadida por policías armados de la SSPDF, lo mismo que por camiones de policía y patrullas.

Esta noche y hasta la madrugada del sábado 20 de octubre, fui testigo del colmo del amedrentamiento, del autoritarismo, de la violencia silenciosa, la intimidación psicológica, es decir, de una política de “represión a partir del miedo” en una campaña dirigida a los miembros de las Comunidad Gay, Lésbica, Bisexual, Transgénero, Travesti y Transexual (GLBTTT) en la denominada Zona Rosa, mostrándose en esta ocasión con la presencia de policías armados contra una población desarmada. ¿Qué pretende la Secretaria de Seguridad Publica del Distrito Federal con su presencia en un espacio que durante casi una década ha hecho suyo y forma parte ya de las Comunidades GLBTTT?

Anoche visitaba la Zona Rosa para divertirme en compañía de un amigo. Nosotros decidimos ir a Cabaretito VIP. Al llegar a Zona Rosa, él comentó: “¿Qué es esto? ¡La Zona Rosa llena de policías armados!... Hasta da miedo,” y caminamos. Entramos a Cabaretito VIP. Apenas iniciando el trago de nuestra primer cerveza, en punto de las 23: 50 Hrs. entraron al lugar un grupo de casi 30 policías de la Secretaria de Seguridad Pública de la ciudad. Con armas de alto calibre pasaban entre nosotros. La música se quitó y todo quedó en silencio. Uno de estos policías, enmascarado, salió de entre la concurrencia. Algunos tenían lámparas, como buscando a alguien. La voz en el micrófono llamaba a mantener la calma y el buen comportamiento a los asistentes.

Se acabó la música y se instaló el silencio. Inició el temor, la zozobra, la incomodidad, la angustia y el acoso para algunos. La sorpresa invadió el ambiente.

Una mujer policía grababa con su cámara. Los flashes de cámaras fotográficas disparaban. Algunos asistentes se agachaban, volteaban la cara; sin embargo, ellos con arma en mano recorrían el lugar. Un grupo de policías, entre los cuales se encontraba el C. Subsecretario de Participación Ciudadana y Prevención del Delito de la SSPDF, Dr. Francisco José Díaz Casillas.

Otro grupo de policía pasó al área de los baños. Revisaron. Cerca de los sanitarios se encuentra un lugar con luz tenue; espacio para un beso, una caricia, una frase entre los novios. Ahí estaban los policías, con armas en la mano, poniendo en fila a las parejas sorprendidas. Todos contra la pared. “Ahí, sus pertenecías afuera”, decían con prepotencia en una revisión que seguía siendo grabada. Insistían grabando un película que pasaba con contenido sexual “homoerotica”.

Todos estábamos lo mismo asombrados que intimidados. En otro parte del lugar se decía: “En esa esquina hasta los pantalones les bajaron”.

El tiempo transcurría. Al micrófono alguien decía: “Calma, los policías están cumpliendo con su trabajo. No se alarmen”. Mientras tanto se dejaba escapar a coro en un alguna parte del lugar, “¡Culeros! ¡Culeros!”. El del micrófono llamaba a la calma. Todo trascurría entre aturdidos y extrañados. Entre los cometarios de los asistentes: “Por eso ya uno no quiere venir a Zona Rosa, porque siempre estás lleno de policías”; alguien más comentaba a otros: “Me siento con vergüenza, como si fuera delincuente”; otro cometario: “Me siento incomodo; me siento como si estuviera haciendo algo malo”; “ Mejor ya no venir a estos lugares”.

Mientras tanto, otra mujer policía, de nuevo entre la concurrencia, pasaba la cámara de grabar y disparaba fotos. Otra vez, los rostros intentaban esconderse. Incomodidad en el público. Así pasaba el tiempo y los asistentes se desesperaban entre policías armados que iban de un lado a otro.

El tiempo fue eterno pues no sabíamos lo que pasaba. ¿Cuál era la razón de tanta policía armada?

Algunos parroquianos iniciaron el abandono del lugar. Alguien dijo: “Si te sales tienes que presentar tu credencial de elector afuera, porque afuera están revisando también muchos policías”.

Las recomendaciones para los que nos quedamos adentro continuaban: “si no traes credencial mejor espérate hasta que se vayan”.

Forcejeos en la puerta hacia una chica, quien era detenida por un policía y no la dejaban pasar; un amigo suyo inicio la grabación con su celular. Fue entonces que la dejaron pasar.

Llego la hora y los policías abandonaron el lugar, pero no para siempre. Ellos se instalaron afuera. Seguían ahí hasta las cuatro de la mañana, momento en que abandoné el lugar presentando mi credencial. Afuera, por las calles, detenían a una persona del género masculino. Eran seis policías armados. La persona hablaba fuerte. Ahí lo detuvieron y lo subieron a una patrulla.

La denuncia

Subsecretario de Participación Ciudadana y Prevención del Delito, Dr. Francisco José Díaz Casillas, ¿en realidad qué buscaba ésta noche que nunca lo supimos? ¿Todos éramos sospechosos? Tal vez por eso tardo tanto tiempo su presencia en el interior del lugar. Mientras tanto, todos estábamos ahí, con el sentir de inseguridad plena, de desnudes ante el prevaricato, pues nunca supimos lo que pasaba y ustedes, miembros de las fuerzas de seguridad pública, tan tranquilos.

¿Qué pretende la SSPDF? ¿Por qué la policía sigue armada por las calles de la Zona Rosa? ¿Qué busca que no encuentra desde hace más de cuatro meses? O son ésas las instrucciones del Jefe de Gobierno, Lic. Marcelo Ebrard Casaubon, haciendo lo contrario a su discurso donde predomina la “Equidad”. ¿O acaso en el Plan de Tolerancia Cero, pagado a Rudolph Giuliani, se afirma que las Comunidades GLBTTT necesitamos seguridad especial? Yo le pregunto por qué otros lugares de reunión y diversión en la Ciudad de México no están llenos de policías, como es el caso de la colonia Condesa, la plaza de Garibaldi o Xochimilco, porque ahí también ocurren robos a los ojos de los visitantes y no hay un solo vigilante con armas ni cámaras. Por qué no vemos cantidad de policías armados paseando por la colonia Doctores o la Buenos Aires, consideradas de las más inseguras.

Doctor Díaz ¿qué buscó mediante un operativo que duró horas mientras Usted y su agentes se regodeaban, deambulando dentro de las instalaciones de Cabaretito VIP, sin que los asistentes mostráramos oposición? ¿Buscaba acaso la provocación para tener un pretexto y dispararnos? ¿Por qué sólo revisó y puso frente a la pared a los asistentes que estaban en el cuarto con luz tenue? ¿Qué es lo que buscaba en realidad? ¿Qué quieren ver en la grabación insistente de una película con contenido sexual homoerotico? ¿Qué busca o qué le preocupa de lo que sucede en la Zona Rosa? ¿Qué busca y no encuentra?

Me pregunto cuál es su idea de la norma o de la normalización de las conductas humanas. Me pregunto a qué políticas obedece el exceso de policías armados en un sólo lugar de la Ciudad de México. ¿A qué moral responde todo esto? Tal vez a su idea de las buenas costumbres. Tal vez debamos ser chicos y chicas buenos.

¿Qué busca en Zona Rosa? ¿Qué tan poderosos son esos delincuentes que Usted y sus subalternos buscan desde hace cinco meses con presencia permanente de policías y que hasta este momento no ha conseguido atrapar? ¿Hace falta tanto tiempo para buscar a delincuentes en el mismo lugar?

Lo más probable, luego de tantos meses, es que en realidad se pretende erradicar de la Zona Rosa a las personas que formamos parte de las Comunidades GLBTTT mediante una “Política del Miedo”.

Si así es no se equivoque, no lo permitiremos. Las Comunidades GLBTTT estamos al pendiente de lo que pasa en nuestros espacios. Durante tres décadas hemos luchado por nuestros espacios. Sobrevivimos al PRI. Sobrevivimos a Dolores Padierna. Pregúntele a sus asesores cómo inició el Movimiento de Liberación de las Diversidades en Nueva York, de donde vino Giuliani... Stonewall, 1969.

Y le digo, Dr. Díaz, que ante la intimidación, ante la represión a las Comunidades GLBTTT, ante la homofobia y, ahora, ante la política del miedo, estará siempre “la indignación y la denuncia.”

Por la Dignidad Humana,
Manuel Amador Velázquez.
Activista por los Derechos Humanos de las personas GLBTTT.
Integrante de Diversidad Alternativa

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